miércoles, 18 de agosto de 2010

Niños tumbando mangos.

Lejos del bullicio de las ciudades, del calor insoportable y la tecnología que cada día aleja a las personas de la civilización, estos niños tumbaban con un palo de escoba los mangos bajitos. Disfrutaban a plenitud de la naturaleza, del aire puro, de uno de sus frutos, que dichosos.

Desde la empalizá que nos dividía percibí su inocencia, se burlaban entre ellos mismos cuando fallaban, volvían y saltaban hasta que lograban tumbarlos, imagínense la celebración.